Historia del Municipio

De procedencia incierta, como el resto de los pobladores de las Islas Canarias, los aborígenes de la isla eran denominados majos. Su principal actividad era la ganadería, completada con la recolección marina y terrestre; su cultura material estaba constituida por numerosos útiles y adornos confeccionados con piedra, huesos, conchas marinas, pieles de animales y cerámica.

Siglo XV
La ocupación de la isla fue realizada bajo el mando de Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle y con el patrocinio de la Corona Castellana. El proceso de conquista fue rápido debido a la debilidad demográfica de la población aborigen y la superioridad armamentística de los conquistadores, culminándose en 1405. En estas fechas se fundó Betancuria, convirtiéndose en capital y centro rector de la isla. La economía se basó fundamentalmente en la agricultura, la ganadería, el comercio y la recolección.

Siglo XVI
El siglo XVI destaca por un descenso demográfico causado por diferentes epidemias y los continuos ataques piráticos. La economía sigue basándose eminentemente en la agricultura, la ganadería y la recolección.

Siglo XVII
En este período se inicia un proceso de expansión de la población desde Betancuria hacia los llanos y valles que le rodeaban, permaneciendo despoblados los territorios próximos a las costas, debido al temor a los ataques piráticos. La economía se fundamentaba en la agricultura de cereales, la ganadería y el comercio de excedentes agropecuarios a través de los puertos.

Siglo XVIII
En este siglo se produce una mejora en la economía de la isla, lo cual produjo un importante crecimiento demográfico. Esto trajo consigo la creación de las parroquias de La Oliva, Pájara, Tuineje, Antigua, Casillas del Ángel y Tetir. La reactivación económica unida a la remisión de los ataques piráticos, llevó a los grandes propietarios agrícolas a buscar un puerto, más cercano a sus explotaciones que los utilizados hasta entonces, para exportar su producción de cereales, barrilla y ganado. El lugar elegido fue la Bahía de Puerto Cabras, donde se comenzaron a construir almacenes para depositar los cereales y la barrilla. El impulso mercantil trajo consigo el asentamiento permanente de algunas familias procedentes de pueblos cercanos.

Siglos XIX-XX

Este periodo se caracteriza por la abolición del Señorío y la creación de tantos municipios como parroquias se habían creado en siglo XVIII. Puerto Cabras, que pertenecía entonces al caserío de Tetir, pasó a ser municipio desde 1834, y hacia la mitad de la centuria, capital de la isla. Desde el punto de vista económico, la agricultura, la pesca y el comercio seguían siendo las actividades predominantes. Sin embargo, se van a producir una serie de hechos relevantes que transformarán la capital en el centro gestor, receptor y difusor de los avances técnicos y económicos que se iban produciendo. En la segunda mitad del siglo se cambió el nombre del municipio, sustituyendo Puerto de Cabras por Puerto del Rosario, a la vez que se mantenía el crecimiento en la dotación de infraestructuras y servicios.